viernes, 23 de mayo de 2014

LA DESVERGONZADA BIOGRAFÍA DEL NEOLIBERALISMO

Autor del "Memorial del engaño", una desvergonzada biografía del neoliberalismo
Jorge Volpi: “Las protestas en Chile son las únicas que han dado resultados”
En el libro, el autor mexicano se mete en la piel de un psicópata financiero, que adolece de remordimiento y no aspira a redención alguna, pero que decide contar en su biografía cómo el neoliberalismo permite defraudar a millones al mínimo costo. En esta entrevista, Volpi sostiene que a los movimientos sociales en el mundo, el sistema no le ha hecho el menor caso, excepto al movimiento estudiantil en Chile, que aunque marginal, ha logrado insertarse en el gobierno con voz y voto.  “¿Soberbia? Sin duda. ¿Arrepentimiento? Ninguno. ¿Autojustificación? La mínima”. Así parten las confesiones de J. Volpi, un criminal de cuello y corbata, un especulador de la burbuja inmobiliaria estadounidense que estafó a hospitales, colegios, al sistema de pensiones e hizo temblar con sus fraudes la estabilidad financiera mundial -aunque sea por un momento- y ahora tiene la desfachatez de confesarlo todo, protegido por la clandestinidad, sin motivación alguna de redención, sólo estimulado por la necesidad de dejar en claro que no es chivo expiatorio de nadie, y que los políticos y los banqueros, que solo han pedido disculpas por las especulaciones que llevaron a la crisis financiera del 2008, merecen igual castigo, porque moralmente en nada se diferencian de él.
Así es Memorial del engaño (Editorial Alfaguara), la última novela del escritor mexicano Jorge Volpi. El libro es una biografía tan ficticia como desvergonzada que cuenta los pormenores de cómo los “amos del universo”, los metaespeculadores de sistema financiero capitalista y de la burbuja inmobiliaria, hacen de las suyas, engañan sin control y se ríen de los estafados, que son miles en el mundo entero, escudándose en una premisa nacida en los 80 en Chile y que hoy es el primer mandamiento de las tablas del neoliberalismo global: la autorregulación de los mercados.  Para este libro, que fue publicado el año pasado, no sin antes enfrentar un áspero proceso judicial, el autor ficciona la autobiografía J. Volpi, un especulador que dos días después de que se declarase la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, abandonó intempestivamente sus oficinas de JV Capital Management. Ese mismo día las autoridades lo acusaron del desfalco de 15 mil millones de dólares, cifra considerablemente menor de los 65 mil millones de Bernard Madoff pero suficientes para acreditarlo como otro de los grandes criminales financieros de nuestra era.  “Se trata de un psicópata financiero desprovisto de toda culpa. Todo el tiempo se justifica, no tiene ningún reparo moral en lo que ha hecho a hasta ahora”, dice el escritor  -que llegó a Chile hace pocos días a presentar su libro- a propósito de su personaje, quien comparte los mismos valores de los fundadores del neoliberalismo, que partieron desde Chile a formarse con Milton Friedman, el Rey Midas del capitalismo, y que dieron forma a lo que hoy todavía se conoce como el “Milagro chileno”.
Chile fue el gran campo de experimentación en América latina, y posteriormente Washington aplicó esas medidas en prácticamente todos los países del mundo. Él entra en lo que se define como Chicago Boy, si bien el no estudió en Chicago, sus maestros son, justamente, de esa escuela creada por Friedmann”, explica el autor, que para extremar las redes del engaño en esta novela, utiliza su propio nombre en una especie de nefasto alter ego. A diferencia de otras confesiones surgidas al calor de la crisis, Memorial del engaño es una poderosa historia de familia que adquiere los tintes de una novela negra. A la par de sus propias mentiras, J. Volpi desvela las de su padre, un empleado del Departamento del Tesoro que durante la segunda guerra mundial se desempeñó como asistente de Harry Dexter White, el creador del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Al término del conflicto, los dos hombres fueron acusados de pertenecer al mismo círculo de espías comunistas. De un engaño a otro, este libro singular nos conduce de los secretos de alcoba de Wall Street al grupo de agentes soviéticos que fraguaron el capitalismo moderno en un escalofriante catálogo de las duplicidades que anidan en el corazón del ser humano.
¿Este psicópata es una metáfora de los especuladores reales de nuestro sistema económico?
Digamos que es un prototipo de su generación de Wall Street, con antecedentes familiares que son muy interesantes para la novela. El padre muere una semana antes de que él naciera, nadie sabe si en un accidente o en un suicidio, crece en una familia de clase media, pero luego empieza a estar claramente imbuido por la ideología de la época, por eso que hemos llamado neoliberalismo, por las ideas de Friedmann,  de la época de Regan. Estudia finanzas, trabaja en el mundo financiero, primero en bancos de inversión y luego como analista de riesgos o creador de los negocios financieros. Crea su propio fondo de riesgo y luego se convierte en un mecenas de la ópera y al mismo tiempo en un criminal. La diferencia con Madoff es que el alcanza a huir, y en la huida cuenta esta novela, que es su historia de familia, su relación sumamente compleja con su madre y con su padre, cuya historia  de este último está vinculada al creador del fondo monetario internacional, Harry Dexter White, quien fue acusado de ser espía comunista.
¿En la novela el protagonista sostiene que los verdaderos culpables son los políticos y los banqueros pero que nunca han reconocido su responsabilidad? El Narrador J. Volpi lo dice y podemos coincidir con él. Lo dice claro para justificarse, que él no es el mayor culpable, lo que es falso, pero él dice que todos los que prepararon el contexto para que se diera esta gran recesión no han sido juzgados. En primera instancia, los políticos que sucumbieron a la presión del mundo financiero, que no se preocuparon de regular el mercado, de supervisar correctamente. En segundo lugar, los ejecutivos de los bancos que con absoluta irresponsabilidad manejaron sus instituciones financieras ganando millones y millones de dólares y, en tercer lugar, y muy importante, las agencias de calificación, cuyo principal objetivo era supervisar que esos bancos e instituciones estuvieran correctamente manejadas y fracasaron por negligencia, por complicidad a la hora de evaluar el riesgo que representaban para el sistema financiero.  ¿La idea del libro es develar el estatus moral de los especuladores o una crítica al sistema capitalista?
Yo creo que es el principal objetivo de esta novela,  que no es un ensayo para hacer un análisis y dar una respuesta a la crisis o al neoliberalismo, sino que mostrar como se comportaban las personas en esa época y por lo tanto como esto, que perece simplemente ideológico se convierte en algo personal, íntimo y desde luego moral, la ideología no solamente dice algo que ya sabíamos, que los humanos somos ambiciosos y egoístas por naturaleza, sino que está bien que así sea, que es bueno, con la falsedad de que los que se hacen ricos terminan siempre beneficiando a la sociedad porque su capital termina dispersándose entre los demás, lo cual, a estas alturas ya sabemos que es falso.
En la realidad, estas crisis financieras han estimulado el despertar de los movimientos sociales en el mundo…   Después del 2008 se dijo que se iba a modificar todo el sistema financiero y no se ha hecho, se han puesto parches en varios lados y eso ha sido prácticamente todo, se han rescatado ciertas instituciones con los impuestos de la clase media y los movimientos de contestación a esto que han surgido, en realidad han tenido muy pocas consecuencias en la vida práctica, el sistema no les ha hecho el menor caso, los ha visto siempre como marginales o como radicales. Entonces hay cero posibilidad de cambio

Curiosamente, el mismo lugar donde se experimentó con el neoloiberalismo, que es Chile, paradójicamente es el único lugar donde esas protestas han tenido eco y se han incorporado incluso al gobierno de manera formal. A diferencia de lo que ha pasado con el 15M en Madrid, con el 23 en México, con el movimiento Occupy en Nueva York y con todo el resto de estos movimientos, solo el movimiento estudiantil chileno realmente ahora es parte del gobierno y sus antiguos líderes están en el Congreso, eso es algo que no ha pasado en ningún otra parte del mundo. Esa participación será marginal, pero existe y tiene voz y voto en el Parlamento.  En resumen, no hay mucho más que hacer… Es una época de transición, en que vemos que el modelo neoliberal fracasó, y esa es la gran enseñanza del 2008. Pero todavía no hemos sido capaces de sustituirlo por otra cosa, seguimos viviendo las consecuencias de este modelo y nadie, y desde luego la izquierda; ha sido capaz de transformarlo para tener un modelo más equitativo y más justo. Goza de mucha salud porque quienes dominan las finanzas internacionales siguen pensando así.  Antes de este libro has contado que el tema financiero te interesaba un pepino ¿sigue siendo así?  No. Claro que en una época, los domingos, lo primero que hacía era sacar la sección económica de los diarios y tirarla a la basura. Ahora hago todo lo contrario, saco la sección financiera y tiro el resto, porque finalmente es las finanzas  donde se deciden la mayor parte de los asuntos del mundo.

martes, 20 de mayo de 2014

SII TERMINO CON TRIQUIÑUELA DE CONTRIBUCIONES DE BIENES RAÍCES SUPUESTAMENTE AGRICOLA

Una fiscalización del Servicio de Impuestos Internos, a raíz de un reportaje publicado por El Mostrador, corrigió una insólita situación que permitía a algunos dueños de terrenos ubicados en zonas urbanas pagar contribuciones ínfimas porque estaban clasificados como agrícolasEl 26 de noviembre de 2012 este diario reveló los casos de dos parcelas “agrícolas”, ubicadas en el exclusivo barrio de San Damián, en Las Condes, de propiedad del ex presidente del Consejo Nacional de Televisión, Herman Chadwick, y del empresario Francisco Javier Errázuriz.
Fiscalización determinó que casi un 30% de los terrenos agrícolas ubicados en zonas urbanas no tenía destino agropecuario ni forestal. Subieron los avalúos fiscales. Y desde este año sus propietarios pagan contribuciones hasta 400 veces más altas, como ocurre con Herman Chadwick y Francisco Javier Errázuriz, dueños de terrenos en el sector de San Damián, en Las Condes, que dejaron de ser agrícolas. La árida Antofagasta es, curiosamente, una de las regiones que sufrió más cambios.  Aunque el sector está calificado como urbano desde 1979 por el Plan Regulador de Las Condes, ambos reclamaron al SII y lograron mantener su calidad agrícola.  Adquirida en 1953 como parcela de descanso por Herman Chadwick Valdés, ex conservador de Bienes Raíces, el predio de dos hectáreas (20 mil mt2) que su hijo del mismo nombre les compró a sus siete hermanos, tenía un avalúo fiscal de $20.597.667, pagaba contribuciones trimestrales de $ 32.411 y, al año, $129.644.  Errázuriz, su vecino, es propietario de un terreno de casi una hectárea y media (12.600 mt2), que estaba tasado por el SII en $13.107.606. Sus contribuciones trimestrales eran de $13.685; y las anuales, $54.740.  Entre marzo y mayo del año pasado el SII liderado por el entonces director Julio Pereira fiscalizó los 3.086 predios agrícolas en zonas urbanas que existían en Chile y determinó que 828 no cumplían con los requisitos. Por lo tanto, pasaron a ser no agrícolas, subiendo su tasación fiscal y, en consecuencia, el monto de las contribuciones. La Ley 17.235 sobre Impuesto Territorial, que data de 1969, complementada por la circular Nº 38 de 1997, define a los bienes raíces agrícolas como aquellos destinados preferentemente a la producción agropecuaria o forestal y sus dueños deben demostrar que obtienen una retribución económica por la venta de cosechas, animales o lo que generen sus bosques.  Las regiones y zonas que lideran los cambios de clasificación de terrenos agrícolas  a no agrícolas la ley los divide así y no habla de urbanos, porque eso depende de los planos reguladores fueron la VI Región del Libertador General Bernardo O’Higgins (188 casos), Santiago Poniente (138), Valparaíso (129) y, curiosamente, Antofagasta (112), con su aridez casi absoluta.  En Santiago Oriente 36 predios cambiaron de calificación, pero representan el mayor aumento en contribuciones para las arcas del SII.  La tasación fiscal del terreno de Chadwick subió 116 veces: desde $20,5 millones a $2.409 millones. Y las nuevas cuotas de las contribuciones, que rigen desde el 1 de enero, ascienden a $6.965.695 trimestrales, es decir, son 214 veces más altas. Mientras, el predio de Errázuriz aumentó su valor en 135 veces, esto al ser tasado en $1.781 millones, y sus contribuciones trimestrales se elevaron a $5.456.500, o sea, 398 veces.
CUOTAS RETROACTIVAS PARA LOS QUE NO CUMPLIERON LA LEY
El SII decidió cobrar en forma retroactiva las contribuciones en algunos de estos casos, sin especificar las razones por las que unos fueron eximidos y otros no. El período máximo que se puede exigir es tres años, dado que se aplica la prescripción. Cuando se trata de impuestos declarados por el contribuyente en forma maliciosa, el plazo es de seis años, pero en el caso de las contribuciones es el SII el que fija los avalúos, no sus dueños.  Como el organismo no entrega información respecto de contribuyentes en particular, no fue posible confirmar si el cobro retroactivo se aplicó a Chadwick y a Errázuriz. Tampoco lo que ocurrió con los tres hijos de Eliodoro Matte, que vendieron un paño de 42 hectáreas en La Dehesa –el más grande sin construir en la zona oriente– en US$97 millones a dos inmobiliarias en enero de 2012 y que, según un reportaje de Ciper, durante una década pagó contribuciones agrícolas gracias a “un par de vacas y tres caballos”. Ello implicó, afirma la  debió haber sido calificado como eriazo, lo que habría significado pagar un 100% más del valor de las contribuciones como bien raíz no agrícola. Ciper detalló que Eliodoro Matte reclamó ante el SII y logró, el 25 de febrero de 2002, que el juez tributario de la Dirección Regional Metropolitana Santiago Oriente lo mantuviera catalogado como agrícola.  Y, además, como Jorge y Pilar –los hijos de Eliodoro Matte–, lo vendieron en calidad de personas naturales, no pagaron impuestos, cosa que permite la Ley de Renta. El SII seguirá adelante con la fiscalización de los bienes raíces clasificados como agrícolas en sectores urbanos, esto como una de las actividades prioritarias del área de avaluaciones.


viernes, 9 de mayo de 2014

LA AGRUPACIÓN NACIONAL DE EX PRESOS POLTICOS Y FAMILIARES DE IQUIQUE SALUDA A LAS MADRES EN SU DIA


La Agrupación Nacional de Ex Presos Políticos de Iquique saluda en su día a todas las madres del mundo, en especial a todas las de Chile, le pedimos a Dios que les de vida y salud, a las que ya no están con nosotros que el Señor las tenga en su reino, con todo el cariño y amor un pequeño homenaje para ellas.
La madre es donde primero acudimos los hijos cuando tenemos problemas, quien sin preguntarnos sabe lo qué nos pasa y, siempre podemos contar con ella. Por más errores que cometamos en nuestras vidas, siempre estará ahí para recibirnos de nuevo. Porque como se suele decir “madre no hay mas que una sola ”. Ellas son nuestro abrigo, siempre luchan con tesón, son nidos que nos cobijan, fuente inagotable de amor. Brindan besos, abrazos, caricias y protección, nos marcan el camino con consejos y corrección. Pensando en sus hijas y arreglando el hogar, pasan las horas del día y son las ultimas en descansar. Son ellas nuestro ejemplo, las que nos dieron la vida, nos entregan todo su tiempo, son nuestras madres queridas.  Por eso, se merecen más que una flor, un perfume o un regalo. Se merecen que cada día les demostremos cuanto las queremos y que les digamos lo importantes que son para nosotros. Todos los días son el día de la Madre.  



jueves, 8 de mayo de 2014

PRESTAMOS USUREROS AVALADOS POR EL ESTADO

En 1997 el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle instituyó el denominado “Crédito Corfo”, que pretendía ser una alternativa para el financiamiento de estudios en Educación Superior. Pero el remedio resultó ser peor que la enfermedad, dejando a miles de jóvenes y sus familias con un endeudamiento extremo para financiar lo que debería ser un derecho social. Sin embargo, gracias a préstamos usureros avalados por un Estado cuyo rol era ser un mero intermediario, que además disponía de recursos pertenecientes a todos los chilenos, lo único que se garantizó fue un lucrativo negocio para la banca privada. Luego, en el 2005, fue instaurado el Crédito con Aval del Estado, crédito que permitiría según sus creadores y visionarios, dar más “oportunidades e igualdad” a la llamada clase media, sin embargo este crédito –en virtud de las cifras 2013 entregadas por Ciper Chile– lo que ha permitido es que la banca obtenga ganancias de más de $150 mil millones sólo por actuar como intermediaria, sumándole a ello las ganancias por Crédito Corfo, las que ascienden a más de $1.000 millones de dólares. En esta línea, el número de endeudados Corfo suma más de 106 mil familias, y para el 2016 se estima que la cifra de morosos CAE superará los 500 mil endeudados.
Lo paradójico se refleja en el discurso dominante, ya que estas familias habitualmente son las desplazadas del chorreo, el crecimiento y la bonanza económica y deben endeudarse para acceder a todos los derechos básicos que el Estado debería garantizarles. En este orden de ideas, la realidad que supone esta “mochila” para cada uno de estos chilenos y chilenas “beneficiarios” del sistema es impresentable. Siendo mucho más impresentables los aires de triunfo con que el Gobierno de Sebastián Piñera vociferó la rebaja de la tasa de interés de los créditos, lo que ciertamente está muy lejos de solucionar algo. La solución debe darse desde el Derecho a la Educación y no desde la vereda del consumidor, para evitar la confusión brutal de que una tasa del 2% es lo “justo”. Para no seguir avalando soluciones que apuntan a mantener las lógicas del mercado y el subsidio del Estado, como regulador del sistema educacional, las mismas lógicas que hoy tienen legítimamente movilizada a la ciudadanía, de la mano del movimiento estudiantil. Pero algo incluso más allá de esta convicción se asoma tras un oscuro velo: desde que comenzamos esta lucha que visibiliza de manera descarnada lo que significa el endeudamiento en educación, hemos ido descubriendo en cada relato los abusos, engaños y estafas perpetradas por la banca. Los hechos han demostrado que –contrario a lo que quisiera el gremio bancario, que se ha expresado a través de su presidente, Jorge Awad – los bancos sí “abusan de las personas”, y que en este caso la institucionalidad que debe regular el sistema fracasó rotundamente.
Cientos de familias que hasta ahora estaban convencidas de haber obtenido y firmado uno de los denominados “Créditos Corfo”, comenzaron a solicitar a los bancos copia de sus respectivos contratos y descubrieron que sus créditos no fueron otorgados en el marco del sistema gestionado por Corfo, y mucho menos contaban con la garantía de la institución estatal. Lo único que los ligaba a la Corfo era una triquiñuela publicitaria. Sus créditos son simples créditos de consumo educacional. Los bancos, de forma fraudulenta, usaron la marca para atraer engañados a un sinnúmero de clientes-estudiantes, aprovechándose de la imagen de la entidad estatal, y lo que es peor, de la demanda creciente por obtener recursos de un sector de la población que veía en ellos la única y última posibilidad de concretar su anhelo de acceder a la educación superior.
La clase política gobernante debe entender que esta aberración que ellos mismos crearon y avalaron sobrepasa la discusión meramente técnica de los recursos y mecanismos, es un tema de derechos, democracia y justicia social, por ello Corfo debe tomar cartas en el asunto, presentando una querella criminal en contra de los bancos y sus autoridades, que estafaron a cientos de chilenos utilizando su nombre. El Estado con urgencia debe entregar una solución inmediata a estas familias, que han sido víctimas de uno más de los abusos, engaños y estafas de la banca privada, como tantos otros que hemos conocido recientemente. Y todo lo anterior, no puede sino ir de la mano con una detención inmediata de los embargos, remates y el envío de antecedentes a DICOM con que siguen presionando a nuestros familiares y avales. No necesitamos más subsidio a la banca, necesitamos un Estado que garantice nuestros derechos sociales, ya que todas estas familias y quizás más, son el resultado de las políticas que han avalado y defendido el mercado en la educación y la lógica del endeudamiento que ha generado y profundizado la desigualdad y la colusión del Estado subsidiario con los bancos. Sumado a ello, no ha existido voluntad política transversal (Concertación y Alianza) que se haga cargo de eliminar el mercado de la educación y así devolvernos un derecho social que debe ser para todas y todos los chilenos. En este sentido, debemos entender que no es posible hablar de reforma educacional sin hacerse cargo de esta problemática actual a la que fueron sometidas nuestras familias, convirtiéndolas en presas del endeudamiento, pobreza y precariedad, que comenzó con el anhelo legítimo de estudiar una carrera universitaria o técnica para ser un profesional y así, de esta manera, poder cumplir la falaz y perversa promesa del actual modelo económico imperante: “la movilidad social”, es decir, “ser mejor que nuestros padres”.
C. Villagrán    D. López 

miércoles, 7 de mayo de 2014

REFORMA ELECTORAL A LA MEDIDA DE LOS PODEROSOS DE SIEMPRE

Tengo dos razones de peso para cuestionar la reforma electoral. La primera de ellas, la principal, tiene que ver con la tranquilidad con que ese proyecto ha sido acogido por Diputados y Senadores. Y esto permítame aclararlo  no tiene que ver con una desconfianza mía ante el mundo político, sino con una sospecha ante cualquiera que oficie de juez y de parte.
Porque la verdad es ésa: el grupo humano al que me refiero es el único de este país que puede decidir cuánto gana, en qué condiciones desarrolla su trabajo, con qué garantías se acoge a retiro, y ahora, bajo qué sistema se somete a elección. Si ésa no es una razón suficiente como para desconfiar, tengo también otra…
Ocurre que el binominal era, a juicio de sus detractores, un sistema que tenía dos grandes vicios. El primero de ellos, que no era lo suficientemente representativo porque tendía a favorecer a los dos conglomerados políticos más grandes en desmedro de minorías y de independientes. El segundo (asociado al anterior), que podía darse la situación de que una persona resultara electa teniendo menos votos que otra. El hecho es que el proyecto del Gobierno no hace ninguna diferencia respecto de esos dos puntos. Y no exagero cuando digo ninguna.
Porque el efecto del aumento en el número de diputados y de senadores (que, en principio, favorece la representatividad del sistema), queda completamente anulado tanto por la disminución de distritos y circunscripciones, como por la posibilidad de cada lista de llevar el doble de candidatos de los que realmente pueden ser electos.
Si el hecho de que haya más cupos disponibles aumenta las posibilidades de un independiente de ser elegido, esas posibilidades disminuyen inmediatamente si el tamaño del territorio dentro del que debe hacer campaña crece. ¿Por qué? Porque obliga a disponer de más recursos económicos y humanos, recursos que por lo general obtiene con mucha mayor facilidad un partido que una persona. Más aún. Si ese independiente quiere competir, debe hacerlo reclutando consigo a otros independientes, porque el sistema que propone el Gobierno (como el binominal), mantiene la idea de que la competencia se realiza entre listas y no entre personas. ¿Qué significa eso en la práctica? Que si usted quiere, por ejemplo, competir en Santiago contra la Nueva Mayoría o contra la Alianza, lo hará enfrentando a una lista de 14 candidatos, que eventualmente podrán traspasarse votos entre sí, de modo que incluso puede darse el caso de que una persona resulte electa con menos votos que otra. Tengo dos razones de peso para cuestionar la reforma electoral, pero en subsidio de ellas puedo ofrecer una más, acorde al estilo del Gobierno: esta reforma ha sido hecha a la medida de los poderosos de siempre, porque esta reforma excluye de la política a todo aquel que no tenga dinero o partido.              T.Marinovic


martes, 6 de mayo de 2014

AFPs reclutan a ex ministro UDI de Piñera

Rodrigo Pérez Mackenna, quien se desempeñó como biministro de Vivienda y Bienes Nacionales en el gobierno anterior, fue elegido presidente del directorio de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) en reemplazo de Guillermo Arthur, quien resolvió no repostular al puesto que ejerció durante los últimos 15 años.
El ex secretario de Estado, quien a fines del año pasado se convirtió en militante de la UDI, asumirá sus funciones a partir del 20 de mayo. Esto, en momentos en que el gremio de las AFP está dividido y en medio del trabajo de la comisión que designó el gobierno para proponer reformas al sistema de pensiones.
En un comunicado de prensa, la Asociación de AFP informó que Arthur “seguirá ligado al directorio en su calidad de Past President, junto con también representar a la Asociación en las instancias internacionales donde actualmente participa”.
En el comunicado se expresa, asimismo, que el directorio y el nuevo presidente “se ponen a disposición de la comisión de 25 expertos convocada recientemente por la Presidenta Bachelet”, agregando que su propósito es colaborar con la “comisión Bravo” en “la discusión y elaboración de propuestas para mejorar nuestro Sistema de Pensiones”.
Las última intervención política de Pérez Mackenna se produjo hace una semana, cuando  junto al también ex ministro de Piñera Joaquín Lavín concurrió a dar su apoyo a la postulación del diputado Ernesto Silva para presidir la UDI.

“Creo que tenemos la obligación de rescatar a esa generación joven que fue parte del gobierno del presidente Sebastián Piñera. Creo que la directiva de Ernesto representa esa frescura, esa juventud que necesitamos. Son ellos los que van a hacer la diferencia, el cambio hacia adelante en nuestro país”, sostuvo el ex titular del Minvu el pasado 27 de abril.

lunes, 5 de mayo de 2014

¿LA REFORMA TRIBUTARIA FAVORECE AL PUEBLO ?

“Los reclamos por el video en que el Gobierno promociona la reforma tributaria es de las cosas más ridículas, tontas y exageradas del último tiempo”, señala el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, en referencia a la polémica que generó la grabación hecha por el Ejecutivo para salir al paso de los cuestionamientos que ha hecho la derecha a una las tres iniciativas claves de la administración de Michelle Bachelet.
El académico en su habitual columna en El Mercurio pone en tela de juicio todos los calificativos usados para referirse al cuestionado video del Gobierno, explicando que en dicha filmación se sostiene que la reforma tributaria beneficiará y no perjudicará a la clase media; que disminuirá la desigualdad y que quienes se oponen a ella son los “poderosos de siempre”.
En ese sentido, sostiene que “es difícil ver en qué parte de ese puñado de verdades está el motivo del escándalo: la injuria, el combustible destinado a prender la lucha de clases, el tono que riñe con la democracia, las palabras que obstaculizan cualquier acuerdo”.
“¿Estará quizá en la frase que alude a los ‘poderosos de siempre’? Pero ¿acaso no hay poderosos en Chile y no han sido más o menos los mismos casi por generaciones? ¿O Chile, por un azar que los chilenos debieran agradecer, derogó las leyes de la concentración del poder y de la riqueza y, de pronto, transformó a quienes los poseen en franciscanos preocupados no de acumular sino de repartir?”, precisa.
Y añade que “en Chile hay poderosos; en lo grueso, son los mismos de siempre; y, por una inercia hasta ahora no desmentida (Bourdieu la llama conatus) se resisten a dejar de serlo, y, si se les deja a sus anchas, no hay duda de que tenderán a acumular cada vez más poder. En recordar esas verdades sencillas no hay injuria alguna, ni falta de modales, ni estímulo a la lucha de clases ni ninguna de esas tonterías que por estos días se han repetido como consecuencia de un raro adelgazamiento de la piel de todos quienes participan hoy del debate público”. Peña sostiene que no existe nada de injurioso en la frase que hace referencia a los “poderosos de siempre”, ya que “la evidencia que se recoge en un libro reciente (que ha merecido los elogios de Paul Krugman, quien no será empresario pero es Nobel de Economía) no hace sino confirmarla”. “En Capital in the Twenty First Century (Harvard University Press, 2014), T. Piketty, un profesor francés que recupera la vieja tradición de la economía política, explora, echando mano a los registros impositivos y la técnica estadística, cómo se ha comportado la riqueza los últimos dos siglos en las principales economías del mundo. ¿Qué fue lo que el profesor Piketty encontró? Nada muy sorprendente, salvo por la abrumadora montaña de datos que apoyan su descubrimiento. Descubrió que como la tasa de retorno del capital era superior al crecimiento, la riqueza tendía a concentrarse en un pequeño grupo que se reproducía a sí mismo (The Top 1 Percent in International and Historical Perspective, Journal of Economic Perspectives -Volume 27, Number 3 – Summer 2013). La tesis de Kusnetz y Solow según la cual el crecimiento acabaría haciendo declinar la desigualdad (el famoso chorreo que se ha divulgado por acá) era, pues, errónea. Una engañifa. Salvo que se establezcan impuestos al capital y a la herencia, dice Piketty, los más ricos seguirán clonándose, repitiéndose a sí mismos una y otra vez. Y ‘el pasado seguirá determinando el futuro’”, argumenta el académico, afirmando que los “poderosos seguirán siendo los de siempre”.
Argumenta que el problema no es sólo de distribución, sino que “de sobrevivencia del propio capitalismo. El capitalismo funciona acompañado de democracia; pero la dinámica de concentración de la riqueza que Piketty constata socava a esta última. Es la paradoja del capitalismo. Ninguna otra forma social crea más riqueza; pero al crearla socava las bases que la hacen posible salvo que la política, con medidas impositivas firmes, detenga el proceso y salve al capitalismo de los capitalistas. O, si se prefiere, salve al capitalismo de los poderosos de siempre”.
Por tal motivo, cree que es difícil entender la molestia de los empresarios y de la derecha por el video, el cual a su juicio “no hace más que repetir verdades gruesas”.
“La única explicación es que los poderosos de siempre estuvieron demasiado tiempo arrullados por la falta de debate al extremo que un simple video –fundado en ríos de tinta– les parece injuria y les erosiona una piel que a ellos, ordinariamente tan rudos y tan desdeñosos, se les ha puesto repentinamente delicada”, concluye.


jueves, 1 de mayo de 2014

¿EL 1o DE MAYO ES EL VERDADERO DIA DEL TRABAJADOR ?

Como todos los años, el 1 de mayo se toma las portadas de las noticias y es ocasión de rendición de cuentas de las autoridades o de promesas de avances laborales puntuales. Es el día del trabajo, se dice, pero no es el día en que los trabajadores encuentran un sitial protagónico en la definición del rumbo de la sociedad y una vida plena. Desde hace décadas asistimos a un vaciamiento del interés político, comunicacional y académico sobre lo que ocurre en relación al trabajo y a sus sujetos, los/as trabajadores/as. Más allá del trato coyuntural o sectorial, carecemos de una atención permanente sobre el mundo del trabajo, en toda su magnitud y complejidad. De este modo, emerge sólo de manera esterilizada y asociado a un día conmemorativo, con connotaciones festivas.
El trabajo absorbe buena parte de nuestras energías y de nuestras preocupaciones cotidianas. Fuera de los comentarios de nivel privado y de esa mirada micro, empero, son pocas las referencias que hayamos en lo público para entender los problemas del trabajo. El aparato institucional continúa sin reconocer a este como un tema de base, con lo que contribuye activamente a la despolitización de la comprensión que tenemos del mundo. Ello ocurre a pesar de que el trabajo es una categoría antropológica central, que,  radicalmente nuestras vidas. Y es que, a diferencia de otras especies, el ser humano produce con su trabajo, consciente y sistemático, sus medios de existencia. Al no tener un equipamiento físico como el de muchos otros animales, debe mediatizar su adaptación al hábitat con esta capacidad transformadora para poder sobrevivir. Como capacidad de transformación del medio, el trabajo tiene así una función básica de resolución de las necesidades materiales. Pero, además de esta función elemental, permite también el desarrollo de destrezas, moviliza la subjetividad y produce vida social, al dar lugar a relaciones sociales que determinan nuestras formas de convivencia (como relaciones de cooperación, en virtud de la mutua dependencia de las actividades, o de explotación, por la apropiación que unos hacen de los frutos del trabajo de otros). En otras palabras, y como alguien ya lo formuló hace mucho tiempo, con el trabajo no sólo se transforma al medio natural, sino también a los seres humanos mismos. Sin embargo, esa centralidad en los hechos del trabajo, no encuentra una análoga centralidad en la reflexión. Varias preguntas que no aparecen ni por asomo en la palestra pública sobre la condición del ser humano que trabaja hoy, particularmente en la sociedad chilena, caen de maduras y, sin embargo, no se tocan. Para aportar a llenar este casillero vacío que constituye el mundo del trabajo se pueden esbozar algunas de esas preguntas que desnudan varios contrasentidos del tiempo presente. Ellas prácticamente se autorresponden: ¿Qué pasa hoy con el rasgo laboral primario –tan elemental que ciertos intelectuales más horas diarias, la mayoría de la población puede resolver tranquilamente sus necesidades materiales? Y si la respuesta es negativa, ¿a dónde va a parar toda la riqueza acumulada? Por otro lado, ¿cuáles han sido las formas de sociabilidad que se están tejiendo en forma predominante en torno al trabajo? ¿Qué pasa con otras aportaciones de la actividad laboral, como el desarrollo de la expresividad, la conciencia, la identidad, la realización de deseos? La sociedad chilena es una de las que demuestra de forma más fehaciente las contradicciones en esta materia.
Somos una de las sociedades en que más horas se trabajan (2.100 horas anuales) y estamos cercanos a los países asiáticos. Tal sitial internacional, en el que nos ubican mediciones como las de la OCDE o de la Unión de Bancos Suizos, nos pone en una difícil situación y perspectiva si consideramos que, en dichas sociedades, la enorme dedicación al trabajo promovida por los nuevos métodos empresariales, ha llevado a generar un problema de salud pública conocido como Karoshi o muerte súbita por exceso de trabajo (derrame cerebral, ataque cardíaco) que afecta sobre todo a personas jóvenes, es decir, con pocas enfermedades preexistentes. El caso refleja en forma máxima el contrasentido que se quiere proponer: en lugar de viabilizar la vida, el trabajo está siendo un canal de muerte. La explicación psicologizante que apunta a individuos obsesionados por el trabajo, por sus cualidades personales, aclara poco el asunto. En Chile la dedicación excesiva al trabajo se relaciona más bien con la organización empresarial, con el marco institucional (45 largas horas semanales de tope horario) y, sobre todo, con la insuficiencia de los salarios: el 50% de los trabajadores obtiene ingresos líquidos inferiores a $263.000 y sólo 18% de los trabajadores en Chile gana un ingreso líquido mayor a $622.000 (cálculos de Fundación SOL sobre la base de la última Encuesta Suplementaria de Ingresos). Para compensar los bajos salarios, las personas de manera racional trabajan por iniciativa propia tiempo extra o consiguen un segundo empleo (trabajando los fines de semana). Lo que resta a la actividad laboral propiamente tal, tampoco les queda para esparcimiento o descanso. Hay que agregar los largos periodos de traslado hacia y desde el trabajo o la doble jornada laboral de las mujeres (trabajo doméstico no remunerado). El mal dormir cierra este círculo estresante.
Chile es el país con mayor grado de formalidad en América Latina. Un trabajo formal se supone que representa un estándar de trabajo socialmente protegido. Sin embargo, hoy este empleo ícono se encuentra cada vez más precarizado. En los últimos 4 años el 40% de los nuevos empleos han correspondido a empleos tercerizados (subcontratados o suministrados por terceros). Se trata de trabajo asalariado, formal, aunque de una formalidad precaria, pues encierra menores probabilidades de ejercer a plenitud derechos laborales y sindicales. Tener contrato laboral ni siquiera permite superar el nivel de la pobreza. Hoy, en 2 de cada 3 hogares pobres en Chile al menos una persona tiene trabajo y, de ellas, el 80% es asalariada. La no consecución de un nivel de vida adecuado con los ingresos autónomos del trabajo, además de empujar a redoblar el esfuerzo laboral, conlleva recurrir a un segundo amarre: el endeudamiento. El 68% de los hogares tiene deuda, según la Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central de 2012. Esto resulta un gran negocio para el mundo empresarial: eleva el margen de ganancias por la parte financiera (se fortalece el mercado del crédito) y eleva el margen de ganancias también por la parte productiva, ya que, bajo el apremio de pagar sus deudas, los trabajadores están dispuestos a trabajar más y a mantenerse dóciles para conservar su empleo. Otro amarre por insuficiencia salarial dice relación con las formas de “caridad” pública o privada a las que deben recurrir las personas para resolver sus necesidades, lo que los configura como un público cautivo, fidelizado a un gobierno o a las empresas. El caso de la caridad pública se representa bien en los bonos. El segundo caso, en estrategias de pseudoseguridad social corporativa que entregan algunas empresas sin elevar los sueldos. En un contexto donde los derechos sociales no están asegurados por el Estado y donde las familias tratan a duras penas de costearlos, los beneficios laterales no salariales que grandes empresas están otorgando (como convenios de salud o educacionales) terminan actuando como un importante factor de fijación en el trabajo y de compromiso con la empresa. Se trata, así, de una larga cadena o una trama compleja de amarres resultantes del hecho de que, aun cuando trabajen más de 45 horas a la semana, durante la mayor parte de su vida, la mayoría no resuelve bien sus necesidades esenciales en una sociedad hiperabundante, mientras, el ingreso mensual per cápita del 0,1% más rico en Chile llega a $82 millones. Y para qué hablar de lo que ocurre con las dimensiones “más elevadas” o inmateriales del trabajo. La función social se ve afectada por el auge de la competencia, la rivalidad y el “sálvese quien pueda”. Hay además una desorganización de los trabajadores promovida por el Estado a través de la legislación sindical. Quedan entonces vínculos sociales de baja densidad (coordinación o cordialidad funcional) como últimos resguardos de sociabilidad. Por otro lado, de una manera torcida, los nuevos métodos de “gestión sutil” de las personas en las empresas, están asimilando a su favor el problema de la satisfacción subjetiva en el trabajo. Hoy se habla de la felicidad laboral para incrementar la productividad y se utilizan dispositivos de “salario emocional” que alegran el ambiente, envuelven a las personas en una noción de empresa como comunidad o familia y les otorgan un sentido; y todo, sin necesidad de tocar el salario. En este esquema, la identidad del trabajador busca ser sustituida por la del “colaborador”, como esfuerzo de camuflaje del conflicto laboral. Y hay muchas más aristas relativas al drama del trabajo hoy, no siendo posible abordarlas todas acá. Lo que es claro, es que estamos muy lejos de que sea el momento de los y las trabajadores/as, que las distintas autoridades por largo tiempo han oscurecido este nudo político central y que la única forma de afrontar este problema es hacerlo de forma colectiva. Reunirse, conversar sobre la sociedad deseada, organizarse, dar cuerpo a una nueva cultura sindical y a formas de acción no supeditadas al limitado marco institucional parecen ser pasos urgentes si se quiere construir capacidad de transformación. Paralelamente y como reivindicación mínima, acabar con las leyes dictatoriales que anulan la fuerza de los y las trabajadores/as organizados/as, como el Plan Laboral que minimiza a los sindicatos, la negociación colectiva y la huelga y el DL 2.759, que permite la subcontratación en el giro de la empresa. Eso, como un paso elemental para avanzar, en pleno siglo XXI, en barrer las constricciones actuales de nuestra condición de homo faber.